jueves, 31 de mayo de 2018

Dragón de Komodo

Ocupa el primer lugar en ser el lagarto más grande del mundo, pues llega a medir hasta tres metros y pesar entre 70 y 91 kg. Es por ello que es un superdepredador de su hábitat.
El color de su gruesa y áspera piel escamosa varía del café al gris rojizo. Su larga cola, que llega a ser del tamaño de su cuerpo, es muy fuerte y musculosa. Un golpe con ésta resulta muy doloroso y peligroso. No posee orejas externas, pero en vez de eso, contienen unas aberturas que le permite escuchar, aunque no en buena calidad.
El sentido que mejor tiene desarrollado es el del olfato, pues increíblemente es capaz de detectar carroña o animales a punto de morir hasta 9.5 km de distancia. Esto también depende de la dirección del viento. En cuanto a la vista, puede ver a una lejanía de 300 metros.
Su lengua detecta sabores, estimulaciones y utilizan el órgano de Jacobson para orientarse en situaciones de total oscuridad. La saliva contiene una cantidad muy elevada de bacterias virulentas, y a pesar de creerse por años que esta era la que ocasionaba la muerte de sus presas, nuevos descubrimientos han revelado que el dragón de Komodo posee glándulas venenosas que expulsan tóxicos capaces de coagular la sangre y paralizar a sus víctimas.

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